Natalia, es todo lo que no soy,
Su actitud enigmática, difícil de describir
sólo vive lo que le gusta,
y lo demás (que no es importante)
lo archiva en un viejo baúl como experiencias.
Su mirada, AY! esos ojos cautivadores, matadores
a media luz, a plena luz, la manera en como los utiliza,
es letal.
Sus labios, aparentes, carnosos, rojos,
se ven dulces... apetitosos...deseosos, adictivos.
Su figura de reloj de arena, no es disimulada por aquel vestido azul
aunque ella misma admite que se ve mejor bajo sábanas blancas.
Ella, mujer de un sólo amor, Águstín, que ya no es de su vida,
es fuerte y aguerrida, aunque de coraza tenue y débil;
No es mujer para el sol,
más bien de las que de desvive por las noches
de las que se siente la brisa fría en su cabellera larga y sus ojos sólo se detienen para mirar el cielo cuando ella, esta ahí.
Cual espíritu libre, su voz extranjera, delata sus andanzas, al igual que su piel tostada y las marcas de su cara al reir.
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